Si quieres que la habitación de tu hijo sea un espacio estimulante, adaptado y apropiado a su edad, a continuación encontrarás algunas claves para conseguirlo. ¿Quieres conocerlas? Si has contestado sí, te invitamos entonces a que sigas leyendo.
Muchas veces no le damos la importancia que realmente merece a la distribución de los espacios para los más peques. Una habitación, no es sólo una mera habitación, puede (y de hecho es) un espacio mucho más funcional de lo que puede parecer a priori. Es por eso que a continuación os presentamos algunas claves fundamentales para conseguir que el espacio sea estimulante, adaptado y apropiado para los más peques.
• ¡A su alcance! Es esencial fomentar su autonomía. Es esencial que todos los recursos y todos los materiales destinados a que los utilicen ellos mismos, estén a su altura. De esta manera, en primer lugar, conseguimos atraerles hacia los distintos puntos de la habitación y potenciar su movilidad. En segundo lugar, si el niño es autónomo para moverse podrá serlo también para elegir el recurso que más le guste y de este modo conocer sus preferencias.
• Equilibrio. El exceso de colores intensos, de cuadros o de decoraciones puede resultar contraproducente. Una sobreestimulación no es siempre algo positivo, y mucho menos si hablamos de un espacio en el que los niños pasan una cantidad elevada de tiempo y que a su vez, es un espacio destinado al descanso y a la tranquilidad. ¿La mejor opción? El uso de colores neutros o de tonos pastel con decoraciones que destaquen sin ser excesivas.
• La luz natural. Parece una obviedad pero la luminosidad del espacio favorece de manera relevante las condiciones y beneficios de la estancia. En sí un espacio oscuro no invita a sentirse cómodo para realizar actividades y obliga a forzar la vista. La mejor opción, por tanto, es poder contar con luz natural durante el día y con una luz que resulte equilibrada para el resto de momentos.
Aprovechar el espacio así como la disposición de los recursos, son elementos clave para conseguir una habitación estimulante que invite tanto a divertirse como a descansar.
• Zona lectora. Tener una zona en la que haya cuentos infantiles y distintos cojines o un espacio blando para que puedan coger ellos mismos los cuentos (es decir, que estén a su alcance), y disfruten sentándose, ojeándolos y cambiando el cuento cuando consideren necesario, ayuda a que los niños asocien la lectura con su habitación y a su vez, se familiaricen y consideren natural tener como recurso protagonista los cuentos.
• Una hamaca o balancín. Este recurso está más destinado para los más peques. Y es que para favorecer la lactancia materna o los momentos entre padres/madres e hijos, disponer de un asiento cómodo en el que el adulto pueda coger al bebé y compartir ese momento, es un recurso genial para fomentar este ratito en familia.
• Las paredes pueden ser un recurso. Añadir una pared con pintura de pizarra, circuitos enganchados en la pared o paneles sensoriales son buenas opciones para fomentar la estimulación de los peques sin ocupar espacio.
• Otros recursos. Una lamparita de noche, una alfombra o fotos de la familia, entre otros, son otros recursos que ayudan a crear un ambiente más íntimo y personal en la habitación.