Fomentar la lectura no sólo es cosa del colegio. Podemos hacer un montón de cosas para que el niño se interese por los libros también estando en casa.
Es obvia la importancia de la lectura en la educación de los más pequeños. Es una herramienta necesaria para favorecer su desarrollo cognitivo, potenciar su creatividad y favorecer la inteligencia emocional, incentivando la empatía y la asertividad. Es por ello que es indispensable como herramienta educativa en los centros escolares y que, a su vez, debería ser un elemento clave en el día a día del hogar.
Es clave la actitud que desde casa proyectamos hacia el momento de lectura y los libres como tal. Pueden resultar determinantes en el fomento de la lectura.
Para ayudar a que el niño se interese por la lectura, debemos seguir incentivándolo en casa, no solo dejar que sea en la escuela donde esté en contacto con los libros. Podemos darle un montón de razones por las cuales creemos que puede ser un entretenimiento perfecto cuando está aburrido y, además, podemos ayudarle cogiendo un libro y leyendo junto a él.
¿Cómo hacer que mi hijo lea?
Desde bien pequeños podemos hacer un trabajo preventivo y trabajar con recursos que facilitan el acercamiento a la lectura. Estos son, entre otros: cuentos con sonidos, con texturas, con muchos colores o incluso olores. Es la manera de acercarlos hacia el “formato libro” mediante otros atractivos.
A parte de éstas, tenemos un montón de consejos perfectos para conseguir que el niño se interese por los libros desde una edad temprana.
Leer juntos. Cualquier momento es bueno, una noticia apropiada del periódico, los pasos de una receta o… ¡el maravilloso momento de lectura antes de ir a dormir! Todos estos momentos suman un componente emocional a la lectura que colabora en su desarrollo y en el mayor interés hacia ésta.
¡Actúa! Cuando le leas a tu pequeño, conviértete en un narrador profesional, en el protagonista de la historia. Crearás un ambiente mágico y atractivo que ayudará a la comprensión de la historia y a la intriga por lo que sucederá.
¡Es un juego! Al inicio de la lectura suele ser frecuente que los más pequeños empiecen reconociendo letras por la calle, en el supermercado… Ayúdale e intenta que desarrolle cada vez más esa habilidad. Súmate a su descubrimiento y convertirlo en algo divertido.
Acompáñale a la biblioteca y haced de ello un hábito semanal o mensual. Puede ser una tarde divertida ir juntos a ojear libros y elegir uno para empezarlo como una nueva aventura. Vivir este momento como algo ameno y no algo rutinario favorece su motivación.
¿Qué le gusta? En ocasiones, la temática de la lectura puede darse impuesta, en especial en el ámbito escolar. En casa no es necesario. Aprovecha sus intereses, gustos y aficiones. Seleccionar lecturas relacionadas con esos temas y así, el interés y la lectura irán de la mano.
Cientos de formatos. Puede ser que le llame más la atención un cuento, una historia larga, un cómic o un libro digital. No importa, lo importante es leer y que disfrute con ello. El aprendizaje se halla en todas las variedades lectoras.